Sobre Mí
Hola, yo soy Daddy
Mi nombre es Matías, pero todos me conocen mejor como Daddy. Este fue un apodo que se me hizo carne y una manera de asumir mi propio ascendente en Capricornio, para fluir mejor con la vida.
Yo antes me consideraba una persona común y corriente, viviendo una vida mundana. Pero todo eso cambió cuando la Astrología llegó a mi vida. Fue en el año 2017 cuando me hice mi primera carta natal, y fui descubriendo muchísimas cosas propias.
Al principio era muy escéptico de la Astrología –sin saber que es una manera clásica de ser capricorniano-, debido a que no podía entender cómo un astro a millones de kilómetros podía inferir en la vida en la tierra, y mucho menos en la personalidad. Todo sumado a la mala fama que tiene la Astrología, que popularmente se cree que es un mero entretenimiento o un suplemento de revistas.
Llevo muchos años de diván, psicoanálisis puro y duro, y siempre me interesó la psicología. Mamé de mi madre psicóloga la teta de Freud, Lacan y unos cuantos otros. Esto me ungió de herramientas para entender el comportamiento humano. Pero cuando comencé en el camino de la Astrología, me fui dando cuenta que todo lo que estaba inscripto en tu carta natal y que este saber milenario, había sido injustamente menospreciado.
Este fue mi despertar espiritual, y fue un momento mágico y único. De repente me sentí abstraído; el mundo alrededor mío cobró vida, y yo me elevaba de la prisión terrenal en la que estaba inmerso. Empecé a percatarme de que nuestra personalidad (y toda nuestra vida) está realmente reflejada en nuestra carta natal. Lo veía en mí mismo, en mis amigos, en mi familia y en todo mi alrededor. Fue un momento crítico de mi vida, porque de a ratos sentía miedo por estarme volviendo loco, y todo en lo que había creído previamente, lo tuve que reformular por completo.
Esta fue una lección de humildad para mí, que creía sabérmelas todas. Desde entonces, me obsesioné con la Astrología, y hasta cambió mi manera de pensar y ver el mundo. Ya nada estaba por fuera de los astros, que se llueven como un paraguas invisible sobre toda nuestra humanidad. Tal es así que decidí dejar mi carrera de Arquitectura para dedicarme de lleno a esto.
Es que siento que algo en mi cambió desde entonces, y que ya no hay vuelta atrás. Una vez que empezás a ver las estrellas, tu mirada se vuelve ciega a las nimiedades del día a día. Ahora me siento alineado conmigo mismo, y en comunión con Dios, concepto que antes tajantemente rechazaba siendo ateo. Es que los astros son realmente maravillosos, y son el verdadero puente a la espiritualidad.
Hoy mi deseo está en compartir y divulgar este saber, para que más personas puedan hallar el refugio y sosiego que yo encontré en los astros. Pero el potencial de la Astrología es infinito, y no acaba en lo personal. Mis esperanzas están puestas en que si hacemos todos el trabajo personal de reunirnos con nosotros mismos y dejamos de proyectar en el afuera las culpas y dolencias de la vida, podremos realmente evolucionar como conjunto. Tenemos en nuestras manos una herramienta invaluable para lograr la tarea que se nos encomienda durante esta Era de Acuario: sincronizar nuestras mentes y lograr una cohesión humanitaria.