Representado por los Gemelos, Géminis tiene una naturaleza dual y polar, que hace a sus nativos criaturas especiales y complejas de entender.
Al igual que un hermano, Géminis es una energía que establece una relación de confianza y de cercanía, pero que, a su vez, implica pleitos y competencia a un nivel mental.
Los hermanos —o los primos, o quienes cumplan un rol homólogo— son los primeros contactos para desarrollarnos a nivel social, porque implica el aprender a compartir: el espacio, los momentos, los juegos, los pensamientos, etc.
La enseñanza de Géminis es el aprendizaje constante, y el desarrollo de la inteligencia. Con Géminis conoceremos el mundo al mantener una postura abierta y juguetona con la vida, que no se toma las cosas demasiado a pecho. Tal ligereza, le permite moverse entre las adversidades que le arroja la vida, logrando sortear los obstáculos y entender mejor las contradicciones.
Para abrirnos a la experiencia geminiana, tenemos que despertar la curiosidad y la adaptabilidad de un niño que desconoce de prejuicios.
De modalidad mutable, los geminianos son altamente adaptativos, ingeniosos y recursivos, y ninguna situación realmente es limitante para ellos, porque saben manejarse bien en un mundo de contradicciones.
Géminis como experiencia es el divergir (dividir, cuestionar, desdoblar, preguntar), es el contemplar todas las posibilidades, y no quedarse con ninguna. Los geminianos se esparcen mentalmente sobre la experiencia de la vida, movidos por la curiosidad e inspirados por la novedad.
Géminis es energía en movimiento y por eso necesita vivirse en el cambio constante.
En esto pueden ser un poco contradictorios y ambivalentes, pero es que Géminis aprende que el mundo es una dualidad constante: blanco-negro, arriba-abajo, derecha-izquierda, positivo-negativo, masculino-femenino, etc. Si el universo es una simulación mental, su lenguaje está escrito en un código binario, lenguaje que Géminis habla con naturalidad.
Esto los lleva a descubrir la multipolaridad de la realidad, ya que toda verdad posee múltiples puntos de vista y está compuesta por una infinidad de variables.
Un juicio de valor social muy común sobre este signo es que son “doble cara”. Quizás sí sean un poco doble caras, o quizás tengan muchas más caras, pero eso no implica necesariamente falsos.
Es que Géminis sabe jugar el juego del otro y sabe retrucar todo lo que le arrojes. Para Géminis, entrar en una dinámica de grupo desconocida es una tarea sencilla.
En realidad los geminianos son las personas más abiertas de mente (idealmente, aunque otras fuerzas pueden contradecir esto). Ellos se permiten escuchar lo que tienes para decir, y tratan de mirar a través de tus ojos para entender tu mirada.
La función ontológica de Géminis es la comunicación, el pensamiento y el habla. Géminis es conexión con el mundo a través de nuestra mente, que juega entre todas las variables. De aquí su curiosidad por saber de todo un poco (aunque no en profundidad) y de expresar libremente sus pensamientos.
Esta energía crea puentes entre las cosas y opera como una red en la cual fluye la información. Esta es la red neuronal de nuestra mente, que nomina, asocia, compara, contrasta y diferencia todas las cosas.
Géminis es regido por Mercurio (en conjunto con Virgo), planeta de la mente, el pensamiento y la comunicación. Mercurio es el mensajero, y también un comerciante, oficios en los que Géminis se exhibe confiado. Los geminianos defienden apasionadamente sus pensamientos y están siempre dispuestos a entrar en un debate.
Su agilidad mental y rapidez de palabra los hacen excelentes discutidores, que saben leer las situaciones y a las personas. A este signo no se le escapa nada.
Como signo de aire, se dedican a recolectar, compartir y diseminar información. Son nítidos, claros, inteligentes, carismáticos, reflexivos y fuertemente orientados hacia el mundo de las ideas.
La energía de Géminis hace a grandes compañeros, que se abren libidinosamente y con libertad, a probar lo que el otro tiene para ofrecer. Son “mariposas sociales”: coquetos y conversadores, les gusta abarcar diversos temas de conversación y mantener la conversación ágil y atrayente.
Les encanta tirar el chisme, y a veces le cuesta guardar los secretos, porque su impulso natural es a compartir información con franqueza.
El humor para ellos es sumamente importante, como así lo será la comunicación de las ideas. Estar con personas muy sencillas o quietas, puede generar problemas, ya que se aburren con facilidad y no pueden quedarse quietos. El aburrimiento o la monotonía puede ser abrumadora.
Debido a su falta de focalización en una sola cosa, prefieren el “multitasking” ya que eso los estimula mentalmente, y les permite ser en libertad. Los contactos geminianos nos llevarán a la dispersión y muchas veces a distraernos, por eso es importante siempre tener una segunda opción con la cual rebotar, para no sentirse estancado.
Su mayor orgullo es su conocimiento y su área de expresión es el lenguaje, inventando palabras nuevas y pegadizas y haciendo tendencias que se contagian entre los grupos. Como el aire, que transporta el sonido y otras cosas, la energía de Géminis reverbera entre los círculos sociales más primarios, el del contacto tú a tú.
Tienen una actitud desafiante al expresarse oralmente, que provoca acalorados debates y levantan la polémica. A los geminianos les encanta señalar aquello que no fue considerado, porque tienen una gran capacidad de mirar las cosas con inocencia, y se enfrentan así, naturalmente, a la dualidad intrínseca de todo.
También se los conoce como muy buenos abogados del Diablo, tanto por su gran capacidad argumentativa para ganar litigios sociales, como en sus ganas de contrarrestar una fuerza dominante.
Aunque también Géminis a veces puede encarnar en “su gemelo malvado”, que se tienta de jugar con el otro y sacar provecho de las situaciones. En estos casos, Géminis puede exhibir una naturaleza más tramposa y engañosa, que se presenta, con una mano al frente, y otra atrás.
Pero así como puede encarnar en el mismísimo demonio, que no se presenta de una manera grotesca, con cuernos, un tridente y una cola puntiaguda, también Géminis puede ser un ángel, y tener sentimientos muy puros y abiertos, como los de un niño.
Hay algo de inocencia y algo de pecado en Géminis, y es que todo tiene un doble costado. En todo caso, sos consciente del tuyo y sabes balancearlo con tu parte buena.