Júpiter es el principio de Expansión de la consciencia, que se logra mediante la asimilación del mundo externo a través de la experiencia vital. Júpiter será el encargado de hacernos crecer, al impulsarnos a salir fuera de lo conocido y embarcarnos en la aventura del descubrimiento del mundo.
Es el Saber, aquel que tomamos como una Verdad absoluta, y que se vuelve parte de nuestro Ser. Son los conocimientos trascendentales que abrazamos como parte de nuestra identidad, y que embanderamos como filosofía de vida, configurando nuestras creencias e ideales.
Se lo relaciona con los estudios superiores —universitarios— y con las elecciones vocacionales. Claro, con Júpiter invocamos nuestra Fe, ya que no por cualquier conocimiento nos pasaríamos años y años de nuestra vida estudiando. Para esto, debe haber algo más que curiosidad, debe haber un llamado.
Es el entusiasmo y la euforia que sentimos cuando descubrimos un libro antiguo, exiliado del alcance de la inmediatez, de ese tema en particular que nos llama poderosamente la atención.
A lo largo de la vida, iremos develando grandes misterios siguiendo el camino propuesto por Júpiter. En él, iremos sintetizando nuestra propia Verdad, y la enseñaremos con fervor a los demás. También por ella incluso seremos capaces de inmolarnos o ir a la guerra en contra de quienes la pongan en duda.
Júpiter también se relaciona con la Buena Fortuna, y los regalos de la vida, aquellos que nos llegan por el simple hecho de estar vivos (a diferencia de Saturno, que sólo nos recompensa luego de haber trabajado por ello). Nos llena de confianza y provoca que nos sintamos gratificados.
Es esta la conquista de nuestra propia trascendencia, y de reconocer un sendero labrado por Dios. Podremos dar cuenta de que, más allá de los reveses de la vida, siempre estuvimos donde teníamos que estar, y que existe un plan divino diseñado para cada uno de nosotros.
Pero Júpiter implica una búsqueda constante de sentido, y nunca realmente termina. ¿O acaso alguien posee la Verdad Absoluta?
Júpiter rige a los signos de Sagitario y Piscis. Ambos signos exhiben cualidades jupiterianas, como el idealismo, la inconmensurabilidad y la búsqueda del sentido. La diferencia entre estos dos es que Sagitario busca una única Verdad que explique el Universo, mientras que Piscis deja esa necedad detrás para unir todas las diferentes perspectivas. Sagitario es mucho más fervoroso y confiado, y hasta puede cegarse de fe; Piscis es mucho más tolerante y humilde, pero también puede caer en la falsedad de que todo puede ser verdadero, y nada realmente lo sea… El que mucho abarca, poco aprieta.
Júpiter en nuestra carta nos muestra de qué manera ensancharemos nuestros horizontes mentales. Por ejemplo, en su trono, en Sagitario, lo haremos a través de tomar contacto con diferentes culturas, y desde una postura filosófica frente a la vida. En Escorpio, lo haremos a través de navegar los misterios ocultos de nuestra psique y estudiando el comportamiento humano. En Virgo, será a través del análisis detallado, el aislamiento del ruido, y el desarrollo de un oficio.
A Júpiter se lo relaciona con los Viajes Largos, aquellos que rompen con el horizonte de lo conocido. Por eso cuando nosotros viajamos al afuera, o conocemos una nueva cultura, nuestra mirada del mundo cambia. En otro país uno se da cuenta de que las cosas no necesariamente son como lo son en su país, y que todo lo que dio por sentado, no estaba sujeto a una ley universal. También, cada destino se vuelve una oportunidad para re-introducirnos personalmente, y lo hacemos con lo que queda después de habernos despojados de nuestra tierra de origen.
Hasta Marte habíamos hablado de los planetas personales, y ellos explicaban principios intrínsecos de cada persona. Ahora estamos en la franja de los planetas sociales, Júpiter y Saturno, que trabajan de manera opuesta: Júpiter –Espacio-, que expande y Saturno –Tiempo-, que comprime. Son los llamados Cronocratores -Creadores del Tiempo-, quienes imprimen la temporalidad a la vida. Ambos marcan los ciclos que experimentan cada generación, en un movimiento dual de expansión y contracción que da forma a las cosas.
Habíamos dicho que Mercurio tenía como función desdoblar el Universo, y crear un juego ilusorio de separación con el Todo. Júpiter es su complemento, ya que realiza la tarea opuesta: reunir la consciencia con la totalidad. Mercurio diverge y minimiza, mientras que Júpiter converge y globaliza. Júpiter es sinónimo de Religión, palabra que proviene del latín “re-ligare”, es decir “volver a unir”. Este es el sentido último de Júpiter, quien tiene la función de reunir la consciencia con la totalidad, es decir, de sintetizar.
