Marte aquí se encuentra en exilio, ya que Tauro es un signo pacifista, que no se impone, sino que se mueve con lentitud y pasividad frente al mundo. Al ser un signo femenino y venusino, nada podría ser más alejado de una imagen marcial que Tauro: lento, cuidadoso, prudente, tranquilo.
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El deseo aquí se pone sobre un objeto, y está relacionado con aquello que me da placer. Quien tenga este Marte, confundirá deseo con necesidades, actuando sólo bajo los requerimientos del cuerpo. Tienen una actitud ahorrista del movimiento, por lo que miden cautelosamente cómo emplean su energía, actuando de manera controlada. Son calculadores y especuladores, ya que hay un sentido valorativo puesto sobre la energía, por lo que siempre piensan en réditos positivos, descartando todo movimiento extra que les signifique una pérdida.
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Son lentos, hedonistas, y algo perezosos. No les gusta que los apuren, a ellos les gusta ir a su ritmo. Buscan disfrutar del proceso, más que seguir un objetivo. Su acción no es instantánea, ni deliberada, sino más bien controlada y premeditada. Tienen una actitud materializadora, que los hace buenos administradores de recursos y valores.
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Son muy pacientes y tolerantes con los demás. Debido a la inercia del signo, hacer que se enojen es muy difícil, pero si se consigue, explotará con la potencia de la energía acumulada, siendo una acción con mucha fuerza y contundencia. Al ser tan retentivos, tienden a resentirse y guardar rencor. Y con la actitud valorativa que tiene sobre sí mismo, un Tauro nunca vuelve a donde fue herido.
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En el sexo, son sensuales y románticos. Les gusta todo lo sensorial: tocar, olfatear, lamer, etc. Se toman su tiempo y disfrutan más de la previa que del acto en sí, ya que se concentran en obtener y dar placer.
