PlanetasPostLa Luna, el mundo inconsciente

febrero 28, 2022by Daddy Astral0
La Luna simboliza nuestro mundo emocional, profundo y velado, que se encuentra de trasfondo a la consciencia. Las memorias, el pasado (nuestra infancia), la familia, y lo que sea que nosotros interpretemos por “hogar”.
Cuando venimos al mundo, no venimos solos, sino que existe un vínculo primordial y sagrado, que es nuestra madre. Ella es la encargada de nutrirnos y cuidarnos, y de acuerdo a cómo fue el vínculo con ella desde nuestra infancia, muchas cosas quedarán grabadas en nuestro inconsciente.
Según el amor de madre que recibimos, esto será lo interpretamos por amor y cariño, y será clave estudiarla en cualquier relación de pareja, ya que en los vínculos proyectaremos esta figura maternal.
La luna es quien nos acompaña en el viaje de la vida y la que está siempre cuidándonos y haciendo el esfuerzo de absorber las experiencias negativas para mantenernos en eje. Es ella quien vela porque nuestras necesidades emocionales sean cubiertas.
A veces, la luna también puede ser bastante incómoda de vivir, ya que nos afecta en lo más íntimo y nos hace sentir vulnerables. Parte de este mecanismo lunar del que hablamos, es sentir la falta. La luna está diseñada para siempre hacernos reflejar en nosotros mismos y en nuestro interior. Como señora de la noche, también rige sobre la actividad psíquica, y puede desarrollarnos capacidades psicológicas para comprender el mundo oculto de lo no hablado.
La luna nos aporta información de nuestra infancia y de nuestro clan (familia). En ella se encuentran encriptados los secretos familiares y personales, y los costados que no mostramos al mundo, pero que hacen inherentemente parte de lo que somos: nuestras emociones. La luna nos habla de cómo se teje nuestra historia, y cómo resignificaremos ese niño interior en la adultez.
La luna rige al signo de Cáncer que se relaciona a temáticas muy lunares: las emociones, la vulnerabilidad, la sabiduría ancestral y las experiencias del pasado. Las personalidades lunares son sensibles, empáticas, psíquicas, y maternales. A veces tienden a cierta melancolía, y el clima de su entorno les puede llegar a afectar.
Según el signo que ocupe la luna en el momento de nuestro nacimiento, será el tipo de mecanismo lunar que nos rige. Éste se activa cuando algún factor externo resulta amenazador (puede ser cualquier cosa, como por ejemplo, la pérdida del empleo, o una ruptura amorosa) y nos moverá internamente mediante las emociones para buscar modos de salir a flote. Por ejemplo, si tenés la luna en Leo, tu mecanismo lunar te hace mostrarte al resto y exhibir tu luz, en un intento de ser mirado y reconocido.
Astronómicamente hablando, la luna es el satélite de la tierra, y muchas de las cualidades simbólicas que asociamos con la luna, son cumplidas físicamente por ella. La luna afecta gravitacionalmente las mareas que provocan las corrientes marinas, regula los ciclos de las plantas, y los humores corporales. También tiene una asociación con lo femenino, y la revolución lunar (una vuelta completa alrededor de la Tierra) dura 28 días al igual que el ciclo menstrual de las mujeres. Es una protectora de la vida en la tierra, regulando los ciclos vitales.
Ella no tiene luz propia, sino que proyecta la luz del Sol, lo cual nos habla de la relación que hay entre las luminarias que conforman las dos partes inherentes del Ser: la Consciencia, y la Subconsciencia. La luna es el artefacto que ilumina durante las noches, y que nos guía en los momentos de oscuridad.
La distancia orbital de la Luna, cerca de treinta veces el diámetro de la Tierra, hace que se vea en el cielo con el mismo tamaño que el Sol y permite que la Luna cubra exactamente al Sol en los eclipses solares totales. ¡Qué bella sincronía!
El concepto de la luna encuentra analogías con las teorías de Freud, sobre el Ello y el Subconsciente.
  • El Ello es aquella porción de la psique que es puro instinto de autoconservación y principio de placer, contraria al Superyo (relacionado a Saturno) que limita y pone borde, y diferente del Yo (Sol), que es quien ejecuta. La luna reclama la satisfacción de su necesidad, mientras que Saturno nos limita, y el Sol, en el centro, media entre estos, ejecutando la acción de Ser.
  • El Subconsciente es como la cara oscura de la luna: no la vemos, pero sabemos que está ahí. Simboliza el estado latente de uno, que está dormido, y sólo se despierta cuando la consciencia —la luz del Sol—, la ilumina. No se muestra para con el mundo, sino que existe en servicio del propio sujeto. Es la instancia del aparato psíquico que funciona de modo inconsciente, generando traumas y recuerdos, mediante el vínculo de las experiencias con las emociones.
El significador último de la luna es el alma, y aunque este concepto no esté bien determinado o sea complejo de entender, existe, y es lo que está detrás de cada emoción que sentimos.
Todos cuando encarnamos, albergamos una parte de lo divino adentro nuestro, y esa es el alma. El alma viene de un lugar misterioso y oculto, negado a nuestra consciencia a partir del nacimiento como individuos. Le llaman Akasha, otros Cielo, otros simplemente Dios, pero alude a un estado incomprensible para la consciencia, donde estamos unidos con el todo, en un estado de preservación y armonía absolutos.
Es como el útero, un espacio de completitud y de indiferenciación absoluta con nuestra madre. Pues esto lo podremos extender a un nivel ulterior, y comprender, que en cada llanto o cada sentimiento negativo, lo que está actuando es la nostalgia del alma, por haber sido escindida del gran océano cósmico del cual viene.

 

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