Cáncer es representado por un cangrejo, animal que tiene un exterior duro, y un interior muy blando, razón por la cual alza sus pinzas en señal de alerta. Esto es muy simbólico para explicar el estado de vulnerabilidad de Cáncer, que reconoce su vulnerabilidad y puede sentirse desprotegido en ámbitos abiertos. También recuerdan a los senos de una madre. Otras acepciones hacen referencia al útero materno y también a una mamá y su bebé, nadando en íntima sincronía.

Cualquiera de estas referencias tiene un componente relacionado con la energía de la Madre.

El aprendizaje que se realiza en esta instancia es la del desarrollo de las emociones, la subjetividad, los recuerdos y el subconsciente. La multiplicidad geminiana, fría y objetiva, ahora decanta y encuentra una base líquida que reúne, amalgama y da sentido de pertenencia.

La función ontológica de Cáncer es SENTIR y crear las bases de pertenencia al primer vínculo social: la familia, el hogar, las raíces, el clan. Las aguas de Cáncer hacen de reflejo de lo que es uno, por lo que son un espejo andante que se va identificando con personas y establecen lazos afectivos estrechos.

Es de elemento agua. Los nativos son personas sensibles que dominan el mundo emocional y entienden de las necesidades ajenas, incluso las no habladas. Sensibles, empáticos, pasivos, reactivos y de humor cíclico.

Es de modalidad cardinal, es decir, tienen una naturaleza proactiva en el ámbito del hogar para reunir y confortar. Son quienes mandan en la casa, y la familia siempre viene primero. Tienen la necesidad de reparar los vínculos.

Regido por la Luna, Cáncer es el signo del Hogar y protector del clan, y su energía es de dar, cuidar, proteger, resguardar, nutrir y sanar. Los Cánceres son naturalmente empáticos y de una naturaleza sensible, pero resguardada.

Regentes de lo nocturno, Cáncer necesita habitar los rincones más profundos de su Ser, para sentirse pleno. Negar su naturaleza emocional, puede generar una gran insatisfacción personal.

Empatizan con el dolor ajeno, porque reconocen el propio, y en esto resultan ser buenos curanderos, si trabajan en sus dones naturales. Su natural tendencia a maternar, los hace excelentes receptores de los sentimientos. Cáncer tiene una empatía que forma espacios seguros para que pueda desarrollarse la vida plenamente.

También la luna es representativa del tejido emocional, sustento fundamental de cualquier vinculo. Cáncer debe reconocer mundos velados y sutiles, como lo son el mundo de las emociones, y en esto desarrolla grandes habilidades psíquicas para navegar los oscuros ejidos de la consciencia.

Naturalmente conciliadores, tienden a reparar y no toleran las confrontaciones o los ambientes hostiles.

Su sensibilidad puede a veces ser malentendida como debilidad, aunque tienen una gran entereza espiritual para entender a los demás y poder perdonar las traiciones. Pero aunque perdonan, nunca olvidan, y tendrán que entender que lidiar con ellos es también contemplar esa memoria retentiva.

Su energía es nostálgica, y propio de su gran capacidad retentiva, sus emociones pueden rebalsarse llevándonos a transitar períodos de profunda tristeza, depresión y la melancolía. Cáncer, como signo de la Madre, tiene un intrínseco trabajo personal a realizar, que es lidiar con el conflicto de separación que representa el corte del cordón umbilical. En este movimiento de nutrir y dar, también se genera la codependencia, y como todas las cosas están destinadas a un término, parte de Cáncer es prepararse para esa despedida.

Así, para el Cáncer es sumamente necesario que se aprendan a cuidar ellos mismos, así como cuidan a sus seres queridos, y soltar el pasado para vivir más en el presente. La fortaleza de Cáncer viene justamente de su vulnerabilidad, y de resistir esos embates emocionales de cuando se desborda nuestra copa interior.

En esto también se volverán muy sabios, si se abren al camino de sentir sus emociones, y podrán ayudar al resto con sus habilidades psíquicas y de sanación.