Lo representa el Centauro, animal mitológico y dual. Por un lado, es un arquero, un ser humano que con su flecha puede proyectarse al cielo; y por el otro, un caballo, que con ímpetu y estamina, surca el mundo desconociendo los impedimentos del terreno.

Sagitario es un signo que nos carga de vitalidad para vivir la vida, y en esto, desreconoce limitaciones que le impone el afuera. Para Sagitario, todo es posible, si tan sólo uno se anima a ir a por sus sueños. Odian que les digan que algo es imposible de realizar, y a la gente negativista y “corta de luces”.

Sagitario busca la libertad, y luchará fogosamente contra aquellos que quieran arrinconarlo. Basta que le digas a uno de sus nativos que no podrá lograrlo, para que ellos se lancen con más fuerza al encuentro con su Dios. Y es que Sagitario tiene una parte salvaje e indomable que le encanta romper con todo lo que se le opone.

Tiene una gran intución que lo guía por la vida, y que lo lleva a encontrar las personas correctas en su camino. La vida le enseña que todo sucede de acuerdo a un programa mayoritario, universal, porque nada está librado al azar. Para Sagitario, nada es casualidad, sino que todo está conectado de una manera mágica, y que al final del día, encontrará una razón que le explique su condición en el mundo.

A Sagitario le corresponde la Casa 9, y es en ella donde descubrimos el sentido de la vida, luego de atravesar la tan cruenta muerte escorpiana. Es donde buscamos aquella filosofía interna que invoca nuestra pasión y hacia la cual sentimos un llamado. En esta instancia es donde comprendemos lo personal dentro de un marco global, y así forjaremos nuestra creencia sobre el mundo.

La función ontológica de Sagitario es el SABER, o sea, indagar la Verdad profunda e inmanente que se esconde detrás de lo aparente. De algún u otro modo, logrará sintetizar unívocamente todas las infinitas partes del todo, bajo una forma de sabiduría que le haga de Dios. Así, se volverán grandes maestros, dispuestos a enseñar a otros y que llevarán luz de consciencia a los demás.

Es un signo de fuego, que le aporta esa confianza, dirección, benevolencia, valentía, fogosidad, alegría y optimismo que lo caracteriza. Sagitario vino a demostrar que uno es su propio Creador, y que Dios reside adentro nuestro. Que, si cambiamos nuestra perspectiva, el mundo cobra sentido y se vuelve una extensión de nosotros mismos. Que para Ver, primero es necesario Creer, y que cuando lo crees, lo creas.

Su modalidad es mutable, es decir, que cambia. Sagitario encuentra su naturaleza cambiante cuando abandona antagónicamente de credo si su fe ya no se encuentra en el mismo lugar, y también en sus tendencias escapistas al huir del compromiso. También cuando se deja guiar por las experiencias de la vida, que siempre tienen una enseñanza para entregarle. Si una puerta se cierra, otra se abre, diría Sagitario. Así logran elevar su espíritu y dejar las preocupaciones de lado, porque se dejan sorprender por la vida y van por los rumbos que les ofrece.

Lo rige Júpiter, planeta de los Viajes Largos, la Expansión y la Sabiduría, que los hace entusiastas, joviales, optimistas, visionarios, y expansivos (siempre más). Sagitario tiene un hambre voraz por sabiduría para explicar su condición de vida y encontrarle un sentido a su existencia. Es tal la importancia que le dan a la filosofía que se identifican con sus ideologías y hacen bandera de una causa por la cual vivir.

Están llamados a recorrer el mundo, con sus robustas piernas (Sagitario rige los muslos) y a conocer qué se encuentra detrás del horizonte. Quieren descubrir lo desconocido, y por eso, están destinados a viajar de su lugar de origen. Tienen una gran proyección, y la búsqueda de un destino los llevará a sintetizar su propia Verdad sobre el mundo.

Suelen tener buena fortuna, ya que este planeta también rige la Suerte, como recompensa por salir de la zona de confort y tomar el riesgo de la aventura. Sagitario es una energía expansiva que nos enseña a confiar en el porvenir y a atraer la abundancia.

Esta energía puede encontrar su faceta más oscura cuando se vuelve intolerante hacia otras perspectivas del mundo, porque amenazan la mirada propia. La intolerancia religiosa de Sagitario se compone también de arrogancia, megalomanía y altanería, que no reconoce una autoridad más grande que sí mismo. También cuando se descompromete y no cumple sus promesas, las cuales hace muy a menudo. La tendencia a negar los problemas, y tapar el vacío con un chiste, puede producirles un gran desafuero emocional.