El símbolo que representa a este signo es el León, rey de la selva, que hace alusión al carácter central y protagónico de sus nativos. Lo definen su fuerza y nobleza de su corazón, y el magnetismo y respeto que genera este arquetipo, lo cual los vuelve excelentes líderes sociales.

Leo es el quinto signo del zodíaco, donde creamos nuestra indentidad, más allá del clan canceriano. En esta instancia aprendemos sobre la importancia del espíritu lúdico con la cual creamos al mundo. Representa a los Hijos como legado de nosotros.

La función ontológica (su función de ser) es el QUERER. Leo nos conecta con la fuerza creadora que es el amor. En esta instancia nos conectamos con nuestras pasiones, y todo aquello que despierta las ganas de vivir. Cuando nos sentimos alineados a nosotros mismos (y nos amamos), estamos más jolgoriosos, espléndidos y emanamos un brillo natural que el resto puede ver. Este fuego es el alimento vital para la vida, que es una oportunidad para proliferar a través de nuestras creaciones.

Es un signo de elemento fuego, lo que le otorga el brillo personal, la autoconfianza, valentía, transparencia, competitividad, impulsividad. Los leoninos gozan de un gran carácter que se impone, aunque ellos no sean consciente de eso, y razón por la cual también invoca un tipo de conflicto. Leo es la llama que arde, la fogata, en torno a la cual se reúne la gente para calentarse y obtener luz.

Su planeta regente es el Sol (en la astrología es considerado planeta) que es el astro central de nuestro sistema solar. Esto define por qué se sienten el centro del universo y el egocentrismo clásico de Leo. El Sol representa al Ego y el Ego al igual que el Sol, es creador y dador de vida. Esta cualidad se infunde en los nativos de este signo: personas creativas y autoexpresivas.

Su cualidad es fija, que explica la terquedad de sus ideas y orgullo inconfundiblemente leonino con el que transmiten su postura.

Son oradores de éxito, que transmiten fuerza y calidez en sus palabras. Son líderes natos y prefieren siempre estar al mando, que recibir órdenes.

Sólo quieren ser amados y amar en correspondencia. Quienes les demuestren lealtad y afecto serán recompensados con su corazón noble y generosidad características. En contraparte, a veces, pueden depender demasiado del aplauso ajeno, cayéndose ese porte pomposo cuando no hay quien los admire. Necesitan ser reconocidos en sus talentos constantemente.

Son competitivos y siempre quieren ser los mejores. Tienen un espíritu jovial, aniñado y juguetón que los hace llevarse bien con los niños. Quieren dejar un legado a través de sus hijos o de sus creaciones.

Pueden tener dificultad para registrar al otro y tanto ego puede ser chocante para otros. Debe evitar el despotismo y manejarse con tacto con el resto para ser amado como desea serlo.