Piscis está simbolizado por dos peces unidos por una cuerda que nadan en sentidos opuestos pero complementarios, manifestando su cualidad pendular y cambiante, como un cardúmen de peces que cambian repentinamente de dirección, ante la menor disrupción vibratoria del medio acuoso.

Llegamos al fin de la rueda zodiacal, nos encontramos en la doceava casa, donde todo lo que aprendimos es cierto y a la vez nada lo es. Que toda la realidad puede ser una construcción imaginaria de nuestra cabeza, y donde todo cobra sentido y a la vez nada lo tiene. Nuestra vida fue una ilusión. Estamos listos para morir y fundirnos como polvo de estrellas con el cosmos, volver al sistema unitario del que vinimos. Morir como ser para renacer como otro y dejar fluir la energía cósmica.

La función ontológica del Piscis es el SACRIFICARSE y MORIR para dar lugar al nuevo comienzo. Luego de haber descubierto aquello que no estaba develado ante nuestros ojos en Acuario, ahora nos disponemos al servicio de la totalidad descubierta.

Piscis es un signo de agua, que habla de su cualidad emocional, sensible, pasiva, receptiva y reactiva. Los piscis son verdaderas esponjas emocionales que captan energías vibratorias que nadie más puede.

Como signo de modalidad mutable, un día es un sentido y al siguiente cambia todo. Piscis fluye con el sentido de la vida, dejándose llevar por las aguas omniosas del universo.

Su regente es Neptuno, Planeta de las Fantasías y de los Sueños, que explica el mundo ilusorio y poco terrenal en el que viven, y Júpiter, Planeta de la Expansión, que nos cuenta de su idealismo y su dificultad para establecer límites. Viven de desilusión en desilusión, sufriendo la realidad terrenal fría y deshumanizada, como un pez fuera del agua.

Los piscianos son altamente empáticos, y perdonan cualquier trasgresión. Sus fantasías les nubla el juicio y viven en el autoengaño. Necesitan aprender a bajar a tierra y poner límites sanos a sus relaciones. También a no escapar y estar presentes, dejando las adicciones como refugio. Son mágicos y conectados con lo Divino, y poner sus dotes al servicio de la humanidad, sin caer en el martirio.